"Carta de una Madre a su Hijo"(Con el perdon de los Gallegos)

domingo, 3 de enero de 2010

Querido hijo:
Te pongo estas líneas para que sepas que te escribo. Así que si recibes
esta carta es porque te llegó, si no, avísame y te la mando de nuevo. Te
escribo despacio porque sé que no puedes leer deprisa.

El otro día tu padre leyó que según las encuestas, la mayoría de los
accidentes ocurren a un kilómetro de casa, así que nos hemos mudado más
lejos. La casa es preciosa; tiene hasta una lavadora que no estoy segura
si funciona o no. Ayer metí ropa, tiré de la cadena y no he vuelto a ver
la ropa desde entonces, pero bueno...

El tiempo aquí no es tan malo; la semana pasada sólo llovió 2 veces. La
primera vez por 3 días y la segunda por 4 días.

Con respecto a la chaqueta que querías, tu tío Pepe dijo que si la
mandábamos con los botones puestos pesaría demasiado y el envío sería muy
caro, así que le quitamos los botones y los pusimos en el bolsillo.

El médico vino a la casa para ver si estábamos bien y me puso un tubito de
vidrio en la boca. Me dijo que no la abriera por 10 minutos y tu padre se
ofreció a comprarle el tubito.

Hablando de tu padre, qué orgullo, te cuento que tiene nuevo trabajo con
cerca de 500 personas a su custodia. Lo han cogido de corta césped en el
cementerio del pueblo.

Tu hermana Julia, la que se casó con su marido, por fin dio a luz, pero
como todavía no sé de qué sexo es, no te sé decir si eres tío o tía. Si el
bebé es una niña, tu hermana va a nombrarla como yo. Se nos va a hacer muy
raro llamar a su hija Mamá.

Tu padre le preguntó a tu hermana Pilar que si estaba embarazada, ella le
dijo que sí, de 5 meses ya; pero ahí tu padre le preguntó... que si ella
estaba segura que era de ella. La Pilarica dijo que sí. Moza de hierro tu
hermana Pilar, qué orgullo, de tal palo tal astilla.

Por cierto, que tu primo Paco se casó y resulta que le reza todas las
noches a la esposa, porque es virgen.

Y tú hermano Juancho. Cerró el coche y dejó las llaves adentro. Tuvo que
ir hasta la casa por el duplicado para poder sacarnos a todos de dentro
del auto.

Todos te extrañamos mucho, pero mucho más desde que te fuiste. Tienes que
escribirnos contándonos que tal te va con tu nueva novia extranjera, no
sabes como nos pusimos de contentos cuando nos dijiste que estabas en la
cama con Hepatitis, ¿es acaso griega?, pues no nos lo aclaraste aún.

Bueno mi hijo, no te pongo mi dirección en la carta, porque no la sé.
Resulta que la última familia gallega que vivió por aquí se llevó los
números para no tener que cambiar de domicilio. Esta carta te la mando por
Manolo que va mañana por allí. A propósito, ¿puedes ir a buscarlo al
aeropuerto?




Si ves a Doña Remedios, dale saludos de mi parte; si no la ves, no le
digas nada.

Tu madre que te quiere.

Josefa Loureiro de Mougueriños

P.D. Te iba a mandar 100 euros, pero ya he cerrado el sobre

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