"A pesar de todo"Jose Alberto Alvares Bravo Opina desde La Habana.

jueves, 28 de enero de 2010

El domingo 24 de enero 2010, procedente del teléfono móvil +5378362103, recibí una llamada de alguien que dijo nombrarse Juan Juan. Poco antes había yo enviado un mensaje de texto a Juan Juan Almeida, para encontrarnos en determinado lugar, respondiéndome éste por esa misma vía.
Quien me hizo la llamada no sabia nada sobre mi persona, su voz nada tenia que ver con la de Juan Juan, no tenia idea de dónde ni para qué debíamos encontrarnos, y el número del móvil de donde partió es desconocido. Obviamente, los teléfonos móviles de los disidentes permanecen monitoreados por la policía política, en flagrante violación de nuestro derecho a la privacidad de la comunicación.
Quiero comunicar a este diligente policía, que nada ni nadie podrá evitar, más temprano que tarde, la indetenible caída de la dinastía Castro, y no porque nosotros lo deseemos o lo digamos, sino “porque nada es para siempre, y hasta la belleza cansa”. También le recuerdo que en la alocución que Fidel hubiera querido decir en el juicio por los sucesos del Moncada, a la que tituló La Historia me Absolverá, él dijo: “los pueblos se cansan”. Nuestro adusto agente debe recordar que cuando un grupo de valientes asaltó este enclave militar para, entre otras cosas, restituir la Constitución de 1940, la dictadura batistiana llevaba poco más de dieciséis meses en el poder. Qué decir de un régimen inconsulto, con más de medio siglo de poder omnímodo y arbitrario, que se limitó a mal traducir del ruso la esclavista constitución soviética, sepultando en el olvido tanto la promesa, como la propia Ley Suprema, una de las más revolucionarias y avanzadas de su tiempo.
Espíen, golpeen, encarcelen, repriman, vituperen, ultrajen, mientan, pero nada ni nadie podrá detener la marcha de la historia.

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