No dan a la economía cubana más de dos años de vida.(cubaencuentro.com)

martes, 14 de diciembre de 2010

 
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Dos acreedores de Cuba y los principales países inversores en la Isla dan a su economía “dos o tres años” de vida debido a la crisis financiera mundial y la incapacidad de sus autoridades para atender la deuda externa, según lo afirma uno de los cables diplomáticos de EEUU filtrado por WikiLeaks, de acuerdo al diario español El Mundo.
El cable fue enviado el 9 de febrero de este año, antes de que el Gobierno de Raúl Castro anunciara reformas estructurales —despedir a 500.000 empleados públicos, eliminar subsidios y expandir los negocios particulares— en un intento de revivir la economía nacional, especifica en su información el periódico El Nuevo Herald.
Pero mostró la profundidad de los problemas económicos de Cuba en ese momento, y describió al Gobierno cubano como “incoherente y poco claro, paralizado por el temor de que las reformas debiliten el firme control que ellos han tenido sobre el poder durante más de 50 años”, agrega el diario de Miami.
El despacho pronosticó además que las fuerzas armadas cubanas ganarían poder económico, y que el pueblo cubano no tendría otro remedio que “aguantar” los tiempos de escasez que se avecinan.
El cable informó sobre un desayuno celebrado por un diplomático estadounidense en La Habana con consejeros comerciales y económicos de cinco de los mayores socios de Cuba —China, España, Canadá, Brasil e Italia—, más sus importantes acreedores Francia y Japón.
“Todos los diplomáticos estuvieron de acuerdo en que Cuba podría sobrevivir este año sin cambios políticos sustanciales, pero la situación financiera podría volverse fatal en un plazo de 2-3 años ”, señaló el despacho. “Italia dijo que contactos del GOC (Gobierno cubano) habían sugerido que Cuba quedaría insolvente tan pronto como en el 2011”, agrega El Nuevo Herald.
Por su parte, tal como reproduce el diario español El País, al consejero chino le exaspera la rigidez cubana que llega a definir como “un dolor de cabeza”, especialmente la discusión sobre las reformas a lo chino de la inversión extranjera.
Los documentos indican que aunque oficialmente la situación “financiera no es tan crítica” pese al embargo norteamericano y de los huracanes en 2009, hubo una fuerte disminución de las importaciones. La deuda exterior de Cuba era en 2007 de 17.800 millones de dólares, dice el texto.
Ante el drástico bajón de las importaciones, el representante español opinó que “apenas hay es pacio en Cuba para reducir sus importaciones después de un recorte del 37% en 2009”.
Los diplomáticos informaron además tener problemas constantes para cobrar sus deudas con Cuba, y el japonés señaló que, después de haber reestructurado en su totalidad la deuda oficial cubana en el 2009, Tokio no había recibido pago alguno, afirma en su edición El Nuevo Herald.
“Hasta China admitió tener problemas con que le pagaran a tiempo, y se quejó de los pedidos de Cuba de que le extendieran los términos del crédito de uno a cuatro años”, reportó el cable. “Francia y Canadá respondieron diciéndole: ‘Bienvenido al club’”.
Los chinos se quejaron también de las férreas restricciones de Cuba a la inversión extranjera, y señalaron que un negocio conjunto de cultivo de arroz hab& iacute;a producido una buena cosecha pero “era insostenible” por los precios bajos que exigía el Gobierno cubano, agregó el despacho.
Los brasileños tomaron un punto de vista a largo plazo en cuanto al rendimiento de sus inversiones, señaló el cable, y afirmaron haber tenido cierto éxito en reunir capital para la renovación del puerto del Mariel, al oeste de La Habana.
A pesar de la gravedad del análisis, ninguno de los diplomáticos previó ninguna reforma económica efectiva en 2010 debido a lo que los brasileños llamaron la posibilidad de que fueran demasiado “desestabilizadoras”.
“Todas las discusiones acerca de reformas al estilo chino, en particular con respecto a las inversiones extranjeras, han sido difíciles, y ‘un verdadero dolor de cabeza’, según los chinos”, señaló el despacho, sin entrar en detalles.
Pese al sombrío futuro es improbable una liberalización sustantiva, señala el cable de la Sección de Intereses de Estados Unidos número 248021, fechado en febrero de este año.
Las aperturas estructurales que facilitarían el despegue de la centralizada economía comunista no acaban de ejecutarse, mientras el Gobierno de Raúl Castro “se retuerce las manos en la indecisión porque teme las consecuencias políticas de cambios largamente demorados”, escribe Jonathan D. Farrar, jefe de la Sección de Intereses, al resumir la opinión de sus colegas.
El cultivo privado de tierras ociosas, una reforma potencialmente significativa puesta en práctica en 2009, no ha sido efectiva por la inexperiencia de los adjudicatarios y la carencia de maquinaria, capital y mercados.
Los consejeros calculan que si “la inestable Venezuela” reduce sign ificativamente su ayuda económica, centrada fundamentalmente en el envío diario de cerca de 90.000 barriles de petróleo, Cuba podría verse avocada a reformas similares a las aplicadas, a la fuerza, durante el Período Especial de principios de los noventa. La revolución cubana perdió entonces los multimillonarios subsidios soviéticos y casi quiebra. “El pueblo cubano ha nacido acostumbrado a los tiempos difíciles y responderá a la próxima convocatoria oficial a apretarse el cinturón con similar aguante”, anticipa Farrar en su informe al Departamento de Estado, detalla el diario español El País.
Las valoraciones recogidas por el anfitrión estadounidense son pesimistas, discurren en la dirección contraria a la comentada por el Ministro, y coinciden en mencionar el creciente protagonismo de las Fuerzas Armadas al frente de las empresas estata les. “La economía cubana está progresivamente manejada por ingenieros militares que son capaces de llevar el día a día de los negocios, pero no tienen la visión de promover reformas que saquen al país del desorden económico y la economía centralizada”. Los consejeros comerciales dicen que la dirección económica ha sido más centralizada aún y los ministerios económicos restringen las consultas. “El francés se quejó de que las finanzas del Gobierno cambiaron del Banco Central al ministerio de Economía y Planificación, y que con ese cambio ya no tiene acceso ni a la información, ni a los funcionarios”.
Los chinos desaprueban la rigidez cubana en la constitución de empresas mixtas, agrega El País.
“No importa si la inversión extranjera en un negocio es de diez o cien millones de d&oac ute;lares, la inversión del Gobierno de Cuba siempre se subirá hasta el 51% (para ejercer el control de la sociedad), dijo el consejero comercial chino con visible exasperación”, según reproduce Farrar.
“Cualquier discusión acerca de reformas tipo chino, fundamentalmente las referidas a la inversión extranjera, son difíciles, ‘un dolor de cabeza’, dice el chino”.
El almuerzo prosigue con adivinanzas sobre la orientación de la política cubana. El consejero canadiense aventura que, contrariamente a Fidel Castro, Raúl necesita de “la maquinaria” del Partido Comunista Cubano (PCC) para implementar los cambios, se abunda sobre “la variable venezolana”, mientras Farrar, lo concluye así: “El Gobierno cubano continúa confuso, en gran medida porque sus líderes están paralizados por miedo a que con las reformas perder án el poder al que se han aferrado durante más de 50 años”.

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