CONTINUA EL EXODO.SERA LA UNICA SOLUCION?

viernes, 24 de agosto de 2012


jebro@elnuevoherald.com

Cuando en el 2008 un par de peloteros cubanos abandonó una selección juvenil en Edmonton, un furioso Fidel Castro llamó a Ron Hayter desde La Habana para dejarle saber su malestar y, según palabras del propio director ejecutivo de la Federación Internacional de Béisbol (IBF) en la ciudad canadiense, el entonces gobernante cubano le insultó de mala manera.

Esta vez Castro, de 86 años de edad, no pudo o no supo o no le interesó que cuatro jugadoras antillanas hicieron historia al ser las primeras en abandonar una delegación femenina de ese deporte y convertirse en el mayor grupo que se fuga en un torneo de béisbol en esa ciudad norteamericana, y al menos Hayter no recibió ninguna llamada que lo asociara con “lo peor de la tierra’’, según revelara de aquella comunicación lejana.

Las cuatro “peloteras’’ se marcharon del equipo cubano que participó en la V Copa Mundial de Béisbol femenino, donde apenas se hicieron sentir en el terreno al terminar con balance de ocho fracasos y una victoria, pero convertidas en una subtrama paralela que vivió su pasaje culminante cuando tres de las muchachas no asistieron a la ceremonia de clausura en el Telus Field.

La primera baja la protagonizó Odreisleisis Pequero Del Sol, de 21 años, quien se fue desde el martes 14 de agosto y que luego se comunicó con miembros del equipo para comunicarles que se encontraba junto con su novio del otro lado de la frontera canadiense, utilizando una visa de tránsito que le aprobaron al hacer una escala en Chicago, en ruta a la cita de Edmonton.

Nacida en Ciego de Avila, Peguero –considerada una de las líderes del equipo- sólo vio actuación el 12 de agosto, cuando bateó de 2-1 en la derrota por paliza de 12-4 contra la novena de Australia.

Posteriormente, el diario Edmonton Journal confirmó que otras tres jugadoras abandonaron la delegación cubana.

“Siempre hemos tratado de animar a las personas a no desertar, pero no podemos controlarlas’’, expresó Hayter al periódico canadiense. “Le dejamos claro a todos los equipos participantes que nosotros ofrecemos alojamiento y todo lo demás, pero no podemos controlar individualmente a las personas. Como organizadores [del evento] preferiríamos que nadie se quedara. No se nos puede culpar del hecho’’.

Más allá de las fugas, la escuadra cubana, dirigida por el conocido ex segunda base de los equipos Industriales, Juan Padilla, regresó a su país luego de una pobre demostración al obtener un único triunfo al derrotar 13-5 a Holanda. Japón revalidó su título en la Copa Mundial, Estados Unidos terminó con la plata y Canadá se llevó el bronce.

En julio del 2008 los jugadores Noel Argüelles y José Iglesias abandonaron la selección que asistía al Mundial de la categoría juvenil también con sede en Edmonton. El primero, un lanzador, firmó un pacto por $7 millones con los Reales de Kansas City y el segundo, un infielder, llegó a un acuerdo por $8.2 millones con los Medias Rojas de Boston.

Pero si las fugas en la rama masculina se han convertido en algo “normal’’ en las últimas décadas, en Edmonton sorprendió la partida de las muchachas.

“Si ellas cambian su mente y deciden abandonar el equipo, entonces es un problema del equipo, del país’’, recalcó Hayter a la prensa canadiense. “No podemos encerrarlas en sus habitaciones’’

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