"Urbis Sana"publicado por Luis Felipe Rojas en el Blog "Cruzar las Alambradas"

sábado, 30 de enero de 2010

Un refrán cubano dice: “Candil de la calle y oscuridad de la casa”. Lo traigo a palabreo porque hace años el pueblo donde vivo fue despojado del tanque-cisterna que recoge los desechos humanos y los lleva a Holguín, capital provincial.
Tres años después, seguimos careciendo del necesario servicio de desatragantar las fosas, no hay un solo carro para la basura, nunca tuvimos alcantarillado y los trabajadores de servicios comunales mal se las arreglan para sacar el polvo y churre que todos los días nos consume un poco más.
La inopia sale a la puerta de la casa cuando de sanidad pública se trata.
Cada día la TV nacional deja caer estrepitosos reportajes sobre la labor de los epidemiólogos cubanos en países latinoamericanos y vuelve la espalda al estercolero municipal en que se han convertido los pequeños pueblos del interior del país.
Sin guantes, tapabocas, ni botas altas, los recogedores de basura se enfrentan igual que nosotros a la más amenazante pandemia, la que sale de nuestras propias casas y se queda semanas a la intemperie.
La televisión, esa caja de ensueños, siempre tendrá algo que ponernos ante la magra ración diaria. Ahora, el semanario provincial de Holguín, hierve en optimismo por el año que se ha ido y el rosario de victorias recetadas desde el Comité Provincial del Partido Comunista de Cuba.
Así como están, pútridas, desconchadas y roñosas, las calles, ¿quién lo duda?, son de los revolucionarios.
Faltaba más!

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