Tus palmas y tus paisajes;
¡ho!, mi cubita del alma;
Estan presentes en mi;
Yo lloro mucho por ti,
Mi islita verde y soleada.
Cada nueva madrugada,
Lejos de ti, mi terruno,
Derramo lagrimas nuevas,
Anciando termine esta espera,
Por regresar a tus playas.
En mi mente yo recorro,
Tus valles y tu campina,
Tus olores a mi llegan,
Con el olor de la pina,
Y mientras mas busco aquí,
En estas tierras extranas,
Un cielo similar al tuyo,
La anoranza del arrullo,
De tus rios y tus palmas,
Me consumen toda el alma;
Islita de mis amores.
Hoy comparto los dolores,
De todo cubano emigrante,
Por donde quiera que yo voy,
Y no he visto nunca un sol,
Como el tuyo, mi cubita,
Y mi corazon palpita,
Al recordar los amores,
Que en tu tierra disfrute.
De verasyo ya no se,
Si podre volver un dia,
A contemplar tus paisajes,
Pero el infoame ultraje,
La traicion, y la ingnominia,
Que hoy reinan en nuestra tierra,
Desapareceran un dia,
Y regresaran triunfantes,
A hacer una Cuba nueva,
Nuestros hijos y nietos,
Con ellos regresaremos,
Aunque sea en nuestro hosarios,
Cuando el odio y las desgracias,
Sean cosas del pasado;
Y reine para siempre alli,
En nuestra islita del alma,
El amor y la calma;
Que tanto hemos buscado;
Doquiera que hemos emigrado,
Sin haber nunca encontrado,
Tu belleza inigualable.
Agustin Miranda Rodriguez
Abril 2004
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