Veintidós disidentes habían llegado a Las Tunas el dos de febrero para celebrar la junta directiva de la Alianza Democrática Oriental, una plataforma de trabajo que reúne a varias organizaciones cívicas del territorio. Llegaron desde todo el oriente y a las 2 p.m. comenzó la marcha pacífica hasta el céntrico parque Maceo donde de manera pública se efectuó el encuentro. Acto seguido se discutió sobre la inutilidad de que un documento como la constitución de la república de Cuba que solo ampara a los victimarios gubernamentales y no a los ciudadanos debe ser incinerada delante de todos para al llamar la atención del hecho y poder explicarles el porqué de la acción.
Pero el dolor de Reina Luisa por el deplorable estado de salud de Orlando Zapata en la sala de penados el hospital Amalia Simoni hizo que todos, una vez finalizado el acto público, decidieran llegarse a Camaguey a solidarizarse con ella transida de dolor e impotencia ante la agonía de su hijo.
Mi deber de comunicador me unió a los libertarios.
Allí Reina clamaba por ver al hijo y poderlo acompañar en el hospital, sin embargo le fue negada la petición. Todos decidieron otra vez llamar la atención por las calles de la ciudad ya no con una quema simbólica si no con el clamor de justicia y libertad a favor de El Negro Zapata.
La marcha en Camaguey comenzó el día tres sobre las 4 p.m. y los participantes se desplazaron por una céntrica calle. Avanzaron más de un kilómetro. Contaban a los pobladores del lugar que un patriota cubano agoniza en la sala de penados del hospital porque decidió no comer como muestra de protesta ante las violaciones de los derechos humanos que se cometen en todas las cárceles del país.
Gritaron Abajo la dictadura, libertad para los presos por causas políticos y otras consignas que expresan rechazo al gobierno imperante en Cuba. Ningún ciudadano los contradijo, ni uno los agredió o insultó.
Pero ya en una zona alejada y al término de la marcha, más de cien efectivos se arrojaron contra ellos. Unos vestidos de civil es decir los conocidos policías políticos, otros, con uniformes militares y para completar algunos adicionales de las brigadas de respuesta rápida.
Vi cómo los golpeaban salvajemente. A las mujeres para callarlas y que no dijeran asesinos, violadores de derechos humanos, criminales, las golpearon en la boca y luego en el vientre donde no se ve la evidencia del zarpazo.
Contra los hombres se volcaron a patadas más de cien efectivos, los mismos que no lograron convencer al público de que se sumaran y participara en el festín de los chacales. Allí el mayor Julio César Bombino González Bombino jefe de enfrentamiento del MININT y Julio César García Rodríguez secretario provincial del PCC en la provincia fueron los más agresivos.
Uno de los participantes en la marcha Francisco Luis Manzanet Ortiz vestía una camiseta que tenía escrita unas palabras de Ghandi “estoy dispuesto a morir por mis ideas pero no a matar.”
Que algo así sucediera en las calles de Camaguey es un éxito para el movimiento cívico cubano, algo se despierta para siempre.
En el cuerpo de todos quedan las huellas y el dolor pero Camaguey vivió dos horas de libertad.
*Hoy cuando apenas acababa de contarle a un amigo que había escrito este reportaje para que se supiera de lo que ocurrió en Camaguey donde no llegan los periodistas acreditados en La Habana, apareció de nuevo el jeep de la policía política de San Germán. La orden? No puedo salir de mi casa.
Otra vez tuve que apelar al twitter para salir de San Germán.
"Reportage al pie del Dolor"Publicado por Luis Felipe Rojas en su Blog;"Cruzar Las Alambradas"
domingo, 7 de febrero de 2010
Publicado por Unknown en 17:12
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