sábado, 29 de enero de 2011
La ley Nº 62, Código Penal, en su Titulo XV, Delitos contra el normal tráfico migratorio, Capitulo I, Tráfico de Personas
Artículo 347.2 En igual sanción (privación de libertad de siete a quince años) incurre el que, sin estar facultado para ello y con ánimo de lucro, organice o promueva la salida del territorio nacional de personas que se encuentren en él con destino a terceros países.
A expensas de una legislación muy elástica, con sus contornos imprecisos, las autoridades cubanas han enviado a prisión, durante más de medio siglo, a centenares de miles de personas. Una de ellas es Olga Lidia Ramírez Maura, condenada –y actualmente en prisión- a siete años de privación de libertad por una presunta participación en el tráfico de peloteros.
Como es habitual, el acta condenatoria se limita a decir que el tribunal formó convicción y declaró el hecho probado, aunque no exista ni la más remota prueba concluyente. Así, de esta manera expeditiva y superficial, los gobernantes de Cuba abarrotan las centenares de prisiones dispersas por la geografía insular.
Si Olga Lidia, -una simple trabajadora de un centro deportivo- se encuentra encarcelada, ¿cómo entender que casi a diario nos enteremos de la deserción de promesas y consagrados en el deporte nacional?. Y a los millones de cubanos dispersos por el orbe, en una triste y prolongada diáspora, ¿quién los traficó? ¿Quién traficó con cientos de miles de compatriotas que fueron llevados a matar y morir en guerras ajenas y distantes? ¿Quién ha asentado en nuestro territorio a miles de subversivos de decenas de países para entrenarlos en la desestabilización de sus sociedades?
Todos lo sabemos: el gran Traficante en Jefe, Fidel Castro Ruz. A menos que alguien lo haya “facultado para ello”.
Todos los años del mundo no alcanzarían para condenar a este señor por los muchos males ocasionados, a nuestra nación y a otras, pero sobre todo por el tráfico humano en que ha incurrido, comenzando por el perpetrado contra los montañeses del Escambray hacia los pueblos cautivos en Pinar del Rio, y terminando con los éxodos de cubanos, a través del Estrecho de Florida, hacia Estados Unidos.
Una mujer negra, madre soltera, decente, sin historial delictivo, purga en prisión un delito que nunca cometió, mientras el verdadero criminal, octogenario y decrépito, espera pacientemente a que la muerte lo devuelva al infierno del que nunca debió haber salido.
113dominexaudi932@gmail.com
"TRAFICO HUMANO"Por Jose Alberto Alvarez Bravo.Periodista Independiente.
Publicado por Unknown en 14:56
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