sábado, 18 de diciembre de 2010
“Trincheras de ideas valen mas que trincheras de piedra” José Martí.
Este es el momento en que un grupo de ciudadanos de dentro y de fuera de Cuba que amamos a nuestra patria y nos
proponemos servirla hasta el final de nuestros días presentamos al mundo nuestro proyecto de difusión de conceptos, ideas y principios que hemos bautizado LA NUEVA NACION. Una nación que rinda honor y haga justicia a la prédica martiana de “con todos y para el bien de todos”. Una nación nueva pero orgullosa de su historia. Una nación nueva porque se despoja de los resabios, tabúes y lacras del pasado que dieron al traste con la nación que nos legaron nuestros libertadores para mirar hacia un futuro esplendoroso de soberanía, libertad y justicia para todos sus hijos. Una nación nueva pero con raíces en un pasado glorioso que fue escrito con sudor y sangre por hombres como Félix Varela, José Martí, Antonio Maceo y José Antonio Echeverría, entre otros.
Con Varela afirmamos que “la indolencia es el cáncer de la prosperidad”. Con Maceo decimos que “la libertad no se mendiga, se conquista con el filo del machete”. Con Echeverría expresamos nuestra esperanza de que “la pureza de nuestra intención nos atraiga el favor de Dios para lograr el imperio de la justicia en nuestra patria”. Y con Martí proclamamos su frase lapidaria de: “Cree hombres quien quiera pueblos”. Y en esas frases de nuestros próceres esta resumida la contribución que nos proponemos hacer a nuestra patria los hombres y mujeres que integramos el equipo de LA NUEVA NACION.
Nos proponemos nada menos que desarrollar los medios que contribuyan a la información, formación y educación de líderes y dirigentes en las distintas materias y los diversos campos de la vida nacional. Y mas importante aún, que sean capaces de crear la conciencia en nuestros ciudadanos de que el gobierno no es la solución de todos sus problemas y de que los gobernantes no son sus amos sino sus siervos. De esta manera nos aseguraremos de que los ciudadanos, los gobernantes y los empresarios de mañana no incurran en los mismos vicios y errores que condujeron al engaño revolucionario y a la tiranía comunista. Este primer paso en el mundo de la cibernética será seguido por medios impresos y electrónicos que nos faciliten compartir nuestras ideas con todos los estratos de la sociedad cubana.
En un plano mas específico nos hemos impuesto como misión defender la libertad, ayudar a preservar la democracia y promover la libre empresa para que todos los cubanos podamos hablar sin miedo, hacer sentir nuestra voluntad ciudadana en los procesos electorales y jamás depender del estado todopoderoso. Confiamos en que una sociedad con estas características haga realidad nuestra visión de una Cuba donde los líderes providenciales sean sustituidos por ciudadanos responsables. Hombres y mujeres celosos de sus derechos, cumplidores de sus deberes y totalmente conscientes de que, para preservar y disfrutar las bendiciones de la libertad, la nueva nación tendrá que ser TAREA DE TODOS Y PEDESTAL DE NADIE.
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