miércoles, 28 de julio de 2010
(niños jugando en las contaminadas calles de batabano)
Nacer en Cuba es un dilema, no sólo por el depauperado servicio médico de que dispone. Concebir un hijo en el 90% de los casos es un acontecimiento casi criminal. Téngase en cuenta que en una vivienda común, conviven casi tres generaciones que han crecido, se han casado y han traído, en el mejor de los casos, a su cónyugues a vivir en el hogar. Los cubanos en un acto de buena fé paternal siempre dicen: "donde comen dos, comen tres".
Partir un pedazo de pan en más porciones no es problema, lo difícil es a la hora de usar el baño, o dormir. Las viejas camas, con viejos colchones han sufrido la paranoía del sobrepeso.
Los cuartos son los mismos de cuando se ocupó la casa por primera vez. Si uno de los padres se sacrificó y trabajó en la construción (aún cuando se dedicó a estudiar artes gráficas, por ejemplo), al cabo de 6 ó 7 años y con muy buena suerte le fue "otorgado" un apartamento.
De tener dos hijos del mismo sexo sólo, según las estadísticas le tocaban dos cuartos: uno para Mamá y Papá y otro para los hijos. En ese caso sería mejor no pensar en más críos porque el espacio es reducido.
Al pasar de los años los hijos crecen y uno de ellos se casa, ¿qué pasa? Como buen hombre educado en los principio debe llevarse a su esposa a una casa porque en la de ella no caben más.
Los padres del joven, deciden que el hermano puede dormir en un pimpampún en la sala. Total es jóven y entra sale todo el tiempo. La cuenta creció en un habitante más pero, nadie contó con el embarazó.
Pasado nueve meses hay un nuevo inquilino, al que todos quieren y miman mas la pregunta es, dónde dormirá cuando crezca. Tío le puede dar un espacio en el sofá de la sala o quizás consiguiendo un carpintero se pueda hacer un diseño que permita sacar de debajo del sofá una cama como gaveta. Hasta ahí la inventiva funciona pero, ¿y el colchón?
Otra vez se extraen soluciones del saco de los inventos. Suponga que conocen a una persona quien es amigo de otro que conoce a alguien que hace colchones y los vende(siempre productos reciclados).
La casa es perfecta por el día, dos mujeres se dedican a mantenerla limpia y en alguna manera recogida.
Hay que levantarse por orden pues en el baño no caben todos y es uno solo. Teniendo siempre en cuenta los horarios en que llega el agua y si usted es de los que gusta bañarse dos veces, entre ellas una al levantarse para aliviar el calor. Su despertador debe sonar mucho antes.
En la cocina no pueden estar todos al mismo tiempo porque es estrecha. Con eso de aprovechar espacios se pensó muy bien en ahorrar en esta área, de todas maneras no hay mucho que hacer en ella.
Para un recuento oportuno se puede hacer una tirada de cámara panorámica. La puerta del apartamento está un poco manchada porque el niño pone sus manitas cuando llega de la escuela o cuando sube de jugar, además tantos años de bajar y subir la bicicleta han dejado sus huellas.
Dentro esta la pequeña sala, !todo era tan lindo cuando llegaron allí por primera vez! Ahora la sala reclama una urgente pintura. Los viejos cuadros están esperando ser movidos de lugar. Frente a la puerat quedó ubicada la mesa de comedor, que ha sufrido mil golpeaduras, para dar espacio está pegada a la pared.
Antes comían los cuatro juntos ahora han quedado disponibles tres sillas aunque si el niño hace la tarea sólo se pueden ocupar dos.
El sofá es el más triste de todos. Por el día se sienta la familia, por la noche duerme el tío. Pensándolo bien, necesita un forrito, quizás alguien tenga la tela que la pueda vender después conseguiran quién lo haga. Eso si queda claro, las ilusiones son lo último que se pierde.
Al final, despúes de tanto dilema, los abuelos aún jóvenes están agotados porque el otro hijo quiere casarse y realmente en la casa ya no hay espacio. Ellos pudieran ceder su cuarto y el niño, ¿dónde dormiría el niño?.
Bueno quizás con los padres. En ese caso está bien "donde comen dos, comen, mejor sacar la cuenta, siete", se está dificultando el asunto.
Un día pensando que ya los problemas de pareja son muchos por la falta de intimidad y de independencia deciden llenar el formulario de la lotería de visas para EUA. Si la suerte llega, quizás se puedan ir. De ahora en adelante al menos, hay una ilusión.
Si uno de los matrimonios se va, queda más espacio en la casa. Desde afuera pueden ayudar para mejorar el apartamentico. También hay que pensar en "sacar" al resto, ¡claro no para vivir juntos! Los últimos en irse pueden vender y con ese dinero si se pone dificil la cosa ayudar a todos. un dinerito nunca viene mal o podrían pagarse el viaje. Claro todo en silencio porque nada de esto es legal. Tu espacio, ese pequeño cuadrado donde has vivido y por el que perdites años de salud, ese no es tuyo, te lo dió el Gobierno y a él le pertence.
En este tejer historias pasan los días de una familia cubana y sin darse cuenta el almaque ha rotado 51 diciembres desde que comenzó el cuento.
Menos mal que "donde comen dos, comen..."
"Historias donde cabe uno mas"Por Amelia M Doval.(Ciudadanos Cuba en Linea)
Publicado por Unknown en 10:00
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