Cinismo sin Limites.Por Luis Felipe Rojas.(Cruzar las Alambradas)

lunes, 28 de noviembre de 2011





Hace sólo unos días el embajador cubano ante las Naciones Unidas le solicitó a la Alta Comisionada para los Derechos Humanos, Navanethem Pillay, sumarse al reclamo que hacen piqueteros en el mundo por liberar a cinco oficiales de inteligencia cubanos presos en Estados Unidos. El diplomático Rodolfo Reyes ha hecho el pedido desde el mismo lugar en que hace un par de años se le negara la entrada a Cuba a Manfred Novak, observador internacional para la tortura y con rango similar a la señora Pillay. Ambas, la negativa a Novak y la petición a Pillay pueden ser tomadas como actos provocativos.

¿Por qué haberle negado al Mr. Novak entrar al Combinado de prisiones de Guantánamo donde se practican métodos de tortura conocido como “El Balancín” y “La Shakira” para humillar y quebrar tanto a reos políticos como comunes? ¿Por qué el gobierno cubano hace lo que siente un reclamo justo, rogándole a Mrs. Pillay que atienda el caso de los conocidos agentes y no por otros como Ana Belén Montes que sí testificaron sobre sus actos de espionaje y hasta hicieron arreglos con la justicia norteamericana?

Han pasado sólo unos días de la celebración en Holguín del llamado Coloquio Internacional por los Cinco, un evento político a favor de los oficiales de inteligencia cubanos sorprendidos en sus funciones dentro del territorio norteamericano. Banderolas, pancartas, marchas encendidas y conciertos y festejos fueron las vías para animarnos (a nosotros, cubanos, provincianos orientales e hiperdesconectados) a protestar porque liberen a los tan promocionados agentes cubanos. Los delegados que participaron, después de los saraos preparados al efecto, rebozaban esperanza y solidaridad, y se marcharon a sus mundos “indignados”, dejándonos aquí tan solos, entre las cenizas de la inopia.

Partisanos contra el poder.Publicado por Luis Felipe Rojas en su Blog,CRUZAR LAS ALAMBRADAS.

domingo, 27 de noviembre de 2011




Acaban de regalarme una copia del documental Partisanos de la música. Además de su impecable factura en la búsqueda de caminos para descubrirnos el objetivo del documentalista hace un acercamiento valioso a un grupo de rock en Bielorrusia. Son chicos underground que han decidido a fuerza de detenciones y golpizas abrirse pasos entre los militares y mostrarse a su pueblo, mostrar una sinfonía roquera que les ofrezca una brecha para la esperanza en medio de una férrea dictadura. Miroslav Dembinski puso hace un par de años este material a los ojos de los espectadores y los cubanos que hoy vemos su obra no podemos evitar comparaciones.

Los espacios públicos bielorrusos, como los cubanos, son ocupados por la milicia para impedir manifestaciones de descontento, solicitud de permisos para ofrecer un espectáculo callejero, acabar con las protestas a golpes de porrazos y llevar a músicos y públicos hacia las unidades policiales. Son métodos que se funden unos con otros para redondear el retrato de una dictadura y otras a miles de kilómetros de distancia pero cercanas en el pretexto de conculcar los derechos fundamentales de la ciudadanía. En Cuba ni el grupo de punk Porno Para Ricardo ni los raperos Aldeanos, Eskuadron Patriota y otros similares con acertadas tendencias de ser irreverentes y contestatarios han gozado de impunidad. Las letras de Aldo Padrón, Ciro y Gorki Águila son dardos contra la censura. Los performance de Tania Bruguera, las instalaciones artísticas de José Ángel Vincenth, de manera silenciosa pero sostenida, así como escritores y algunos artistas independientes pueden enamorar a un público mayoritario más temprano que tarde.

En el documental Partisanos de la música un candidato de la oposición al temible Lukashenko sube al escenario y comparte la irreverencia de unos roqueros con el pelo pintado de fucsia, sin sospechar de nadie, sin atacarles el atrevimiento solo para que junto al público enardecido le ayuden a gritar “bienvenidos, soy el futuro de Bielorrusia”, un silogismo que no nos vendría nada mal.

VENEZUELA Y EL GOLPE QUE SE LE AVECINA.Por Alfredo M.Cepero.La Nueva Nacion.






VENEZUELA Y EL GOLPE QUE SE LE AVECINA.

Por Alfredo M. Cepero

Director de www.lanuevanacion.com

El siempre bien informado Embajador Roger Noriega vaticinó la semana pasada que Hugo Chávez no llegaría a octubre de 2012 y advirtió sobre el peligro de que las elecciones programadas para ese año fueran objeto de trampas y manipulaciones por parte del oficialismo. En este sentido, resulta importante tener en cuenta que, si el vaticinio de Noriega se convirtiera en realidad, el candidato del gobierno no tendría otra plataforma electoral que el Socialismo del Siglo XXI.



Un conjunto de ideas desordenadas y descabelladas que no constituyen una ideología sino un santo y seña diseñado con el objeto de esconder el fracaso del socialismo como sistema y promover el mesianismo de Hugo Chávez. Ese candidato, estaría predicando un chavismo sin Chávez, algo así como la mística de una religión del odio y de la envidia que habría perdido a Hugo, su único e insustituible santo patrón. Los oficialistas lo saben y están literalmente aterrados ante la posibilidad de perder sus sinecuras y privilegios si el pueblo venezolano se niega a participar en una farsa electoral de esta naturaleza. Por eso es lógico pensar que los chavistas y sus asesores de La Habana tengan preparado un Plan B, en caso de que les falle el primero.



Por eso adquiere credibilidad un rumor que circuló recientemente en el Internet sobre una reunión altamente secreta en el Salón Carabobo, del Fuerte Tiuna, en Caracas, del alto mando militar venezolano con los generales cubanos Herminio Rodríguez y Frank Yánez, quienes actúan como procónsules de los Castro en la patria de Bolívar. Presente estaba desde luego el General Henry Rangel Silva, traidor a su patria y a su uniforme, quien hace escasamente un año declaró con un soberano desparpajo que “la Fuerza Armada está casada con el proyecto de país del Comandante Hugo Chávez” y se mostró renuente a aceptar cualquier triunfo electoral de la oposición en los comicios de 2012.



Para entender mejor esta amenaza actual a la democracia venezolana basta tomar en cuenta la conducta histórica de la tiranía cubana en su intento por apoderarse de Venezuela y la desesperada situación económica por la que atraviesan los Castro en estos momentos. Existen hechos totalmente documentados que muestran como, entre 1961 y 1967, la dictadura castrista llevó a cabo por lo menos seis intentos de subvertir la democracia venezolana por la fuerza de las armas.



En 1961, las autoridades venezolanas descubrieron 500 ametralladoras de fabricación checa junto a propaganda castrocomunista. En 1962, un lote de armas con el escudo de las Fuerzas Armadas de Cuba fueron ocupadas en las playas del Estado Falcón. En 1963, se ocuparon en la Península de Paraguana tres toneladas de armas procedentes de Cuba. En junio de 1966, arribaron a costas venezolanas 40 invasores entre los que se encontraban trece individuos de nacionalidad cubana, algunos tan notorios como el posteriormente fusilado General Arnaldo Ochoa y el General Leopoldo Cintras Frías.



Los grupos organizados por estos hombres operaron en los frentes guerrilleros del Estado Falcón y en el cerro El Bachiller del Estado Miranda. En 1967, una fuerza expedicionaria integrada por venezolanos y cubanos fue transportada en el buque de bandera cubana “Sierra Maestra” hasta las proximidades de Machurucuto y Boca de Uchire. Y, en 1969, una treintena de venezolanos entrenados en Cuba desembarcó en Venezuela con el propósito de derrocar el gobierno del presidente Rafael Caldera pero fue inmediatamente diezmada por el Ejército de Venezuela.



A partir de ese año, Castro declararía una moratoria en sus ataques armados contra Venezuela y pondría en marcha proyectos de subversión internacional al servicio de los intereses imperialistas soviéticos comenzados desde noviembre de 1964 durante una reunión secreta en la Habana con altos dirigentes del Partido Comunista de la Unión Soviética.



Para poner en marcha esos planes, en enero de 1966 se efectuó en La Habana la Primera Conferencia de Solidaridad de los Pueblos de Africa, Asia y la América Latina, conocida como Tricontinental, que fue presidida nada mas y nada menos que por el entonces senador y después presidente chileno Salvador Allende Gossens. En ella participaron 483 delegados procedentes de 82 países. Esta conferencia fue seguida, en agosto de 1967 por la Primera Conferencia de la Organización Latinoamericana de Solidaridad (OLAS) en la que participaron delegados de 27 países del Continente Americano.



Dando un salto en el tiempo arribamos al 4 de febrero de 1992 donde un desconocido militar venezolano puso de nuevo en la agenda de subversión castrista los planes para apoderarse de la patria de Bolívar. Lo que el viejo dinosaurio no había logrado por la fuerza de las armas lo lograría ahora por el engaño, la simulación y la traición del golpista Hugo Chávez Frías. El intento de golpe de estado contra el Presidente Carlos Andrés Pérez no logró su objetivo inmediato pero fue el inicio de la carrera política de este aventajado alumno de Fidel Castro.



El 4 de febrero de 1992 fue para Hugo Chávez lo que fue el 26 de julio de 1953 para Fidel Castro. En el caso de Chávez, catapultó a la popularidad primero y al Palacio de Miraflores después a un hombre de intelecto limitado pero de una indiscutible habilidad histriónica y una total duplicidad moral para cautivar a multitudes de venezolanos frustrados con una democracia en crisis.



Nuestro salto final en el tiempo nos pone en este año 2011 y la declaración de la aparente enfermedad mortal del dictador-presidente. Hugo miente para ganar tiempo, sus manipuladores en La Habana lo atienden en el más estricto secreto y en ambas capitales se elaboran planes de contingencia para enfrentar la debacle que se les avecina.



Tratan de dar muestras de normalidad y aparentan prepararse para el proceso electoral, pero uno de los músicos se sale de la partitura. Adán Chávez, el más fundamentalista de la infame familia, declara que la Revolución Bolivariana estaría dispuesta a utilizar la violencia para defenderse del imperialismo y sus agentes internos. Un imperialismo que todos sabemos estará arrodillado ante los enemigos de los Estados Unidos mientras permanezca Barack Obama en la Casa Blanca. Por su parte, Hugo no puede contener su delirante verborrea y en un discurso pronunciado el 12 de este mes afirmó: “La revolución no puede depender de un solo hombre. Tiene que depender del pueblo organizado y consciente”. Frase que tiene más connotación de testamento político que de humildad personal en un hombre que hasta hace escasamente unos meses desplegaba su arrogancia creyéndose el dios de todos sus mantenidos en el Continente Americano.



El escenario esta, por lo tanto, preparado para un desenlace cruento de la tragedia del pueblo venezolano. Chávez es un golpista que trepó la cumbre del poder parado sobre fusiles, mantiene una dialéctica de confrontación y su megalomanía lo impele a desear más el poder absoluto que la propia vida, aún con un pie al borde de la tumba. Este no es un hombre que ama a su pueblo porque ama demasiado el espejismo de su propia leyenda. De ahí que de él no podamos esperar otra cosa que intransigencia, venganza y ensañamiento hasta el último minuto de su miserable vida. Esto explica en gran medida su fascinación con el engendro endemoniado que martiriza al pueblo de Cuba.

Por su parte, los beneficiarios cubanos del hambre desatado por Hugo Chávez sobre el pueblo venezolano se preparan para intervenir desde La Habana en forma solapada en la prolongación del régimen chavista, en la altamente probable eventualidad de la desaparición de su líder. Una operación de esta naturaleza tendría grandes riesgos y podría carrear inmensas repercusiones para el castrismo pero, en vista de sus precarias circunstancias actuales, los decrépitos tiranos cubanos no tienen otra alternativa.



Sin los subsidios de su hijo putativo el régimen de Castro se caería bajo el peso de una economía en ruinas y el embate de un pueblo que va perdiendo el miedo al aparato represivo de los tiranos. Chávez no es para los Castro un aliado ideológico y probablemente ni siquiera un hombre a quién respetan. Es un instrumento más en su larga trayectoria de subversión, manipulación y engaño. Pero, más que nada, es un imperativo de supervivencia por el cual están dispuestos a jugarse el todo por el todo. Dios y la Virgen de Coromoto protejan a los hijos de Bolívar en la terrible batalla que se les viene encima y del golpe de estado que se les avecina.



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