sábado, 27 de marzo de 2010
Los Perritos de la seccion 21 vigilando mi casa.(Fotos de Luis Felipe Rojas)
Por nada del mundo pretendo ofender o referirme en tono despótico a esos animalitos que son tan conocidos por ser los mejores amigos del hombre
Cuando digo perritos, me refiero a esos muchachos abyectos, capaces de matar si es preciso por cuidar el carné de garantes de la seguridad del estado en Cuba. Lo del 21 se refiere al departamento que se dedica al
Enfrentamiento al enemigo en la Habana pero que tiene subsedes en todo el pais.
Un médico, un psicólogo, un escritor, un albañil, una costurera, una maestra de educación pre-escolar, en fin un ciudadano cualquiera engrosa esa difuminada masa que para el poder totalitario constituye el enemigo.
Para un sistema enfermizo y contagioso, que arrastra tras de sí el odio contra sus conciudadanos, la tarea principal es preservar el poder a costa de las cabezas que sea necesario poner en la picota pública.
Aunque suene retórico para algunos, no hay mejor comunicabilidad para el Consejo de Estado y su camarilla de pregoneros en el Comité Central del Partido Comunista que el insulto, el descrédito público, el acto de repudio, la paliza, la cárcel, las detenciones arbitrarias, los fusilamientos, la muerte “por accidente” o el exilio en la más salomónica de las soluciones cuando de zafarse de un contrario se trata.
El renovado ejército de chicos que vigila en las esquinas de cada barrio, cada libra de azúcar que entra o sale de las casas, cada neumático de bicicleta, cada libro prohibido o la más discreta de las reuniones familiares con tinte político es informada o vigilada con animosidad porque según ellos tiene maloliente ‘tufillo a conspiración’.
Cuba se ha convertido en una nación cuyo tumor maligno crece hacia dentro, revestido por el aliento de los discursos violentos y odio hacia todo lo que contradiga la política criolla de ordeno y mando.
Como sabuesos, los que se creen gloriosos combatientes de la seguridad del estado, olfatean cada rincón de la isla para hurgar con sus narices allí donde un cubano o cubana haya dejado de pensar con el estómago o la tarjeta de salida definitiva o temporal del país.
La tira fotográfica que acompaña mi post es testimonio visual contra quienes me impidieron salir al funeral de Orlando Zapata Tamayo aquel fatídico 24 de febrero.
Han pasado días, semanas quizás, antes de que yo pueda sacar esto a la luz, pero tendrán que ser pacientes, son como setecientos kilómetros de Internet entre San Germán, La Habana y el mundo.
nota dicatda hoy.
Oootra vez estuve preso,otra vez me arrestaron, solo que no ocurrio en San Germán si no al amanecer del 24 en casa de un amigo en Bayamo. Oootra otra vez fui conducido por policías políticos hacia el cuartel general de Bayamo donde después de las amenazas de siempre (Ley Mordaza, Escribir para mi blog, en fin hacer periodismo independiente) me remitieron hasta el Cuartel general de Holguín conocido como Pedernales para dejarme libre seis horas mas tarde.
Oootra vez he tenido que pedirle vía telefónica a quienes me ayudan al lado allá que me le agreguen esta nota al post Los perritos…que habia mandado antes.¡Digo yo! para estar casi al día con los sucesos del ‘interior del pais” y la vida real de otras latitudes
"Los Perritos de la Seccion 21"Publicado por Luis Felipe Rojas en su Blog "Cruzar las Alambradas".
Publicado por Unknown en 16:42
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