viernes, 26 de marzo de 2010
Amigos,
Ayer estremecimos Miami con un evento sin precedentes, una marcha histórica por las Damas de Blanco, por los prisioneros de conciencia, por los derechos humanos.
Convertimos la Calle Ocho en un mar de personas de blanco, coloreado con flores y banderas, como un homenaje a esas valientes cubanas, esas damas de hierro que caminan pacíficamente, exponiéndose a los violentos ataques de las hordas castristas, miserables instrumentos de un régimen, que no les permite amar, porque están entrenados para odiar.
Fue un día lleno de emociones, aquel mar de personas de blanco con flores y banderas, las palabras de Gloria Estefan, la oración que Monseñor Román elevó al cielo y las voces de miles de cubanos libres entonando nuestro himno nacional, fue la experiencia más hermosa que he vivido.
Hermanos de muchos países marcharon junto a nosotros, apoyándonos en nuestro clamor de justicia, de libertad y de respeto a la dignidad humana. Gracias a todos ellos por ese hermoso gesto.
Gracias a todos los que estuvieron allí, para demostrar al mundo lo que puede lograr nuestro exilio cuando se une. Gracias también a los que no pudieron asistir, pero nos acompañaron con su pensamiento.
Fue un día grandioso, luminoso, esperanzador, no cabe duda de que estamos viviendo el principio del fin, ahora sí podemos sentir que nuestro día ya viene llegando.
Miriam De La Vega
Marzo 26, 2010
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