Muchos se han preguntado si la huelga de hambre tiene razón de ser un "arma efectiva" en la lucha por la libertdad en Cuba. Guillermo Fariñas persiste en la huelga y ayer mismo pudo ripostar a la campaña del gobierno para desacritar al hombre que ya es conocido en todo el mundo, Orlando Zapata Tamayo. Algunos comentaristas de fama, historia y prestigio -inclusive Carlos Alberto Montaner- han argumentado que la huelga de hambre es en vano. Yo, personalmente, no lo creo. Por dos razones, primero porque la veo como una salida natural para el cubano de consciencia y segundo porque creo que si tiene efecto,y nos va a llevar al derrumbe de la dictadura aunque la cúpula insista en que "no hay novedad en el frente."
La huelga de hambre puede tener más de un objetivo y más de una razón. En el caso actual de Coco Fariñas y el mártir Orlando Zapata Tamayo hay que pensar que ellos han visto que en realidad "es mejor morir que vivir en el oprobio castrista." Esta lógica es concordante con la sicología reinante en Cuba por muchos años, dentro y fuera de la cárcel, que es una de presidiario,eso es o te pones la careta,y te portas bien - lo cual es de fifíicil a imposible por las arbitrariedades del sistema - o te rindes y terminas con todo.
En el pasado, algunos cubanos como Juan Almeida hijo han quedado marginados dentro de la isla, ellos han "terminado con todo". Otros muchos cubanos, llegando al final de la sicología del presidiario optaron por tirarse al mar;con respecto a esta última opción,hay que entender que tirarse al mar es equivalente a suicidarse,pero en estos tiempos, los prisioneros en las cárceles están sirviendo de marcapasos, marca pautas, "diciendo" con sus acciones que ya llegó el final, que los argumentos huecos, demenciales y mentirosos del régimen no admiten ningún diálogo ni lógica alguna. Al mantener ellos una posición pacífica, lo único que les queda es ofrecer sus vidas. Me temo que va a haber muchos mas mártires. ¿Cuántos mártires tendrá que haber para que se arremeta en contra de la cúpula del poder castrista? Esa es la pregunta que queda por determinar. Pero la fase final del castrismo ya está en marcha. ¡Adelante, no tengamos miedo!
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